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Para un bebé, no hay mejor lugar en el mundo donde estar que en los brazos de papá y mamá antes de empezar a andar. El porteo del bebé favorece ese deseo innato de contacto físico entre adultos y el bebé, mejorando, sin duda, la calidad de vida de todos. ¿Qué beneficios aporta el porteo y cuáles son las condiciones para realizarlo debidamente? Vamos a verlo.

¿Qué es el porteo?

El porteo es una forma de cargar al niño/a caracterizado por el contacto físico y, que a su vez, aporta una mayor seguridad y tranquilidad a los bebés. Los expertos aseguran que los bebés que son porteados lloran menos!

Beneficios del porteo del bebé

Imagen: Unsplash

Gracias a la posición vertical en la que van colocados los bebés durante el porteo, tienen una menor probabilidad de sufrir el cólico del lactante y una menor dificultad de expulsar los gases. También tiene un impacto positivo en el desarrollo de la espalda del bebé y favorece el correcto desarrollo de las caderas.

Otro de los beneficios del porteo es que la calidad del sueño es mayor, y al no estar durmiendo constantemente apoyando la cabeza, previene la plagiocefalia postural o deformación de la cabeza.

Para los adultos, el porteo es una de las sensaciones más maravillosas que existen. Ese apego bebé-cuidadores favorece que éstos últimos reconozcan con mayor facilidad las señales que emite el bebé para mostrar sus necesidades. Por tanto, potencia la rapidez y eficacia del cuidado del bebé.

Y es que ese mejor cuidado al bebé facilita la calidad de vida de ambos: el bebé (y los papás) dormirán más por las noches, disminuirá el estrés y mejorará la autonomía y movilidad del adulto al tener las manos libres.

Asimismo, los expertos aseguran que ese piel con piel que aporta el porteo contribuye a mejorar la lactancia materna puesto que ese contacto físico aumenta la producción de leche. Para la mamá, el porteo disminuye el riesgo de padecer depresión post parto ya que fomenta su autoestima: el bebé se siente mejor física y emocionalmente por lo que la vida cotidiana con el recién nacido durante las primeras semanas resultan menos estresantes.

Cómo hacer un porteo correcto

Como hemos visto anteriormente, el porteo aporta numerosos beneficios para el bebé y para los adultos, quienes deberán asegurar que esta práctica se realice respetando las siguientes condiciones:

1.- El bebé debe ir bien sujeto: la tela de la mochila portabebés debe de adaptarse al cuerpo del niño (y no al revés)

2.- Postura del bebé en la mochila: la espalda debe de ir flexionada, en forma de «C», y las piernas deben de ir muy abiertas, en forma de «M», emulando una posición de ranita.

3.- El bebé debe de quedar alto y con las vías aéreas libres. Dependiendo de la edad del bebé la cabeza irá más o menos pegada al cuerpo del adulto.

4.- No a las posturas antiergonómicas: mirando hacia el mundo ya que dificulta la postura ranita y, por tanto, perjudicial para el desarrollo de las caderas además de eliminar la sensación de protección que aporta cuando el niño está cara al porteador. También deben evitarse las posturas que aumentan el riesgo de asfixia como la posición de cuna.

5.- Importante que el bebé vaya sentado y no colgado.

Imagen: Unsplash

Os recomiendo este artículo de El País sobre «cómo portear, pero no de cualquier manera» donde la autora ofrece explicaciones más técnicas sobre el tema.

El porteo del bebé no solo ofrece numerosos beneficios para el pequeño, como una mejor calidad del sueño y un desarrollo físico óptimo, sino que también mejora la conexión entre padres e hijos. Al seguir las pautas adecuadas para portear, se garantiza la seguridad y comodidad del bebé, lo que, a su vez, facilita la vida cotidiana y reduce el estrés de los cuidadores. Sin duda, el porteo se convierte en una práctica invaluable en la crianza.